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Compras Online: ¿Es Realmente Necesario el Envío Gratuito? – Oct. 2024
Imagen de Trifonenko
El envío gratuito, ya un estándar en el comercio electrónico, ¿es realmente imprescindible? Detrás de esos “€0” se ocultan importantes impactos ambientales y sociales. Como profesional de la comunicación comprometida con la logística sostenible, me planteo: ¿cómo podemos mitigar estos impactos y alentar a los consumidores a optar por métodos de envío más responsables?
El costo oculto del envío gratuito
Los consumidores suelen percibir el envío como un gasto extra, pero en realidad tiene consecuencias significativas para el medio ambiente. La mayoría de los pedidos se transportan en vehículos de combustión, lo que incrementa las emisiones de CO2 y la contaminación atmosférica. En Francia, el transporte por carretera de mercancías representa el 12% de las emisiones de CO2. Según la ADEME, también es responsable de un tercio de los contaminantes en las zonas urbanas.
Sin embargo, estas emisiones son solo una parte del problema. El transporte aéreo y marítimo para productos importados, junto con las difíciles condiciones laborales de muchos repartidores, agravan esta situación. Además, las devoluciones gratuitas, que requieren más transportes, aumentan nuestra huella de carbono colectiva.
Cuando el envío gratuito estimula el consumo impulsivo
El envío gratuito incentiva a los consumidores a realizar compras más frecuentes y de manera impulsiva, en lugar de agrupar sus pedidos. Esto genera un aumento en los desplazamientos y, con ello, en la contaminación. Este modelo no es sostenible, especialmente si consideramos el uso de embalajes de un solo uso y la gestión de devoluciones, que agotan aún más los recursos naturales.
Fomentar métodos de envío más sostenibles
Afortunadamente, existen alternativas para hacer los envíos más respetuosos con el medio ambiente. Los puntos de recogida, por ejemplo, permiten reducir las entregas a domicilio y optimizar los transportes. También están surgiendo otras opciones, como la entrega colaborativa o los lockers automáticos, que disminuyen los viajes y reducen los intentos fallidos de entrega.
Las empresas de comercio electrónico también pueden desempeñar un papel clave ofreciendo descuentos para envíos agrupados o más lentos. Algunos sitios, como Fnac, ya muestran las emisiones de CO2 asociadas a cada método de envío. Este tipo de iniciativas puede sensibilizar a los consumidores y orientarlos hacia opciones más sostenibles. Además, el uso de embalajes reciclados o reutilizables ayuda a reducir la presión sobre los recursos naturales.
Por muy atractivo que sea el envío gratuito para los consumidores, no es ni necesario ni sostenible. Es vital promover prácticas de envío más responsables para disminuir el impacto ambiental de nuestras compras. Sensibilizando a los consumidores y recompensando comportamientos responsables, podemos avanzar hacia un modelo de consumo más ético y sostenible. Con el fin de afrontar estos desafíos, fundé hace dos años Myceliane, una agencia dedicada a aumentar la visibilidad de las empresas de logística con impacto positivo.
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