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El Coste Humano de la Moda: ¿Por Qué Debería Importarnos? – Julio 2024
La industria de la moda cambia rápidamente, priorizando la asequibilidad y las tendencias sobre el bienestar de los trabajadores. Esto a menudo resulta en condiciones de esclavitud moderna, con salarios bajos y ambientes laborales peligrosos. El desastre de Rana Plaza sacó a la luz estos problemas, pero la pregunta persiste: ¿por qué continúan estos desafíos y qué medidas podemos tomar para abordarlos?
El lado menos glamoroso de la moda: estadísticas alarmantes
El Índice Global de Esclavitud (2023) estima que 50 millones de personas vivían en condiciones de esclavitud moderna en 2021, con la industria de la moda dependiendo en gran medida del trabajo forzoso, especialmente en países como China, India y Vietnam. Solo el 2% de los trabajadores textiles recibe un “salario digno”, y el 60% de las empresas de ropa obtiene una puntuación inferior a 20 sobre 100 en derechos humanos. Además, el 96% de las marcas no divulgan cuántos trabajadores reciben un salario digno y solo el 27% tiene una estrategia pública para alcanzar salarios justos en sus cadenas de suministro (Fashion Revolution, 2022). Es evidente que la industria de la moda contribuye significativamente a la esclavitud moderna, y que las marcas no están tomando suficientes medidas para resolver este problema.
La complejidad de las cadenas de suministro globales
Las cuestiones relacionadas con los derechos humanos a menudo reciben menos atención que las preocupaciones ambientales. Esto se debe en parte a la complejidad de las cadenas de suministro globales, lo que dificulta la aplicación de normas de derechos humanos. Desde el cultivo del algodón hasta la producción de ropa, la naturaleza fragmentada de estas cadenas dificulta que las marcas supervisen cada etapa. Muchas empresas luchan por identificar a todos sus proveedores, lo que permite que la explotación permanezca oculta. Además, la subcontratación y las prácticas de informes separados complican aún más la situación, perpetuando prácticas laborales abusivas. Por lo tanto, una estrategia que enfatice la transparencia y la trazabilidad es crucial para garantizar la responsabilidad y la sostenibilidad en la industria de la moda.
Influencia psicológica y social
También es importante considerar el lado de la demanda. ¿Por qué seguimos comprando a marcas de moda rápida a pesar de conocer sus efectos negativos? Hay varias razones psicológicas. Los rápidos ciclos de tendencias animan a los consumidores, especialmente a los jóvenes, a adoptar nuevos estilos de ropa, facilitados por la moda rápida. La inclinación por las tendencias está vinculada a la autoexpresión y es fomentada por la influencia constante de las redes sociales y los influencers, que impulsan a los jóvenes a mantenerse al día con las últimas tendencias. Además, la moda rápida ofrece precios accesibles y gran comodidad, haciendo que la ropa de moda esté disponible tanto en línea como en tiendas. Estos factores crean un dilema ético, complicando la búsqueda de una solución. Sin embargo, todo comienza con la concienciación de los consumidores y la toma de decisiones informadas.
El efecto mariposa: las elecciones de los consumidores y el impacto en la cadena de suministro
Comprender el impacto de las elecciones de los consumidores en las cadenas de suministro es esencial. Priorizar los derechos de los trabajadores en la industria de la moda no solo beneficia a los países en desarrollo, sino que también previene la pobreza y la desigualdad que pueden conducir a disturbios sociales, incluso en los países desarrollados. Investigar sobre marcas, buscar certificaciones como el Global Organic Textile Standard (GOTS) y Comercio Justo, y centrarse en la calidad sobre la cantidad puede contribuir a un cambio sistémico. Elegir productos éticos no solo beneficia a otros, sino también a nosotros mismos, ofreciendo una moda única, una mejor relación calidad-precio y ahorros a largo plazo. Además, optar por productos éticos reduce la exposición a productos químicos y tintes nocivos, lo cual es beneficioso para nuestra salud a largo plazo. Y todo esto, por supuesto, con estilo.
Existe esperanza en el crecimiento de la moda sostenible, con una tasa de crecimiento anual del 8,3% en el mercado de la moda ética (The Round Up, 2024). La creciente conciencia y creatividad en esta industria inspiran confianza en un futuro más sostenible. Cada prenda cuenta una historia humana única, y nuestras elecciones como consumidores pueden promover la justicia social y la sostenibilidad. Comprar de manera consciente y construir un guardarropa que refleje nuestros valores puede apoyar prácticas éticas. Y tú, ¿qué historia quieres contar con tu armario?
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