Liderazgo y Ética: El Papel Central de las Cualidades Humanas – Agosto 2024

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Formo y entreno líderes cada semana. El error más frecuente que encuentro es confundir razones y objetivos. La lengua francesa no ayuda en este punto, ya que fonéticamente “Pourquoi” (¿Por qué?) y “Pour quoi” (¿Para qué?) son idénticos. Sin embargo, el primero cuestiona las causas, las razones, mientras que el segundo cuestiona los fines, los objetivos. Este matiz puede parecer mínimo, pero causa mucha confusión.

La crisis de valores y las cualidades humanas de un líder

Vivimos una época marcada por la “Gran Dimisión“, una crisis ética y de valores, exacerbada por la brecha entre las promesas de las empresas y la realidad cotidiana. Esto nos lleva a reflexionar sobre las cualidades esenciales de un líder. Durante mis sesiones, la respuesta es unánime: las cualidades humanas son esenciales. Empatía, escucha, amabilidad, honestidad, habilidades de comunicación, disponibilidad y humildad se mencionan regularmente. Un “buen líder” es, ante todo, una “buena persona”. Estas cualidades humanas son cruciales para inspirar confianza y respeto, sin las cuales ningún liderazgo es posible. La era actual exige principalmente cualidades humanas y un compromiso sincero con los valores éticos.

Atracción y retención del talento a través de la ética

Atraer y retener talento depende esencialmente de las experiencias diarias de los empleados. A menudo, las organizaciones invierten en estrategias costosas sin consultar a los más afectados: los empleados. Las consultas que realizo revelan que la gestión suele ser la principal razón de las salidas. Las quejas más frecuentes se refieren a la falta de autonomía y confianza. Esto refuerza la idea de que una empresa no puede esperar retener su talento ni alcanzar un rendimiento óptimo sin un claro compromiso con una gestión ética y humana. Es posible hacer coexistir eficazmente los paradigmes de la complicación (técnica, tecnología…) y de la complejidad de lo vivo (naturaleza, relaciones humanas…). Para ello, hay que saber distinguirlos y utilizar las herramientas adecuadas para cada uno.

¿La ética como brújula del liderazgo?

El liderazgo no es una cualidad intrínseca, sino reconocida por los demás. Por eso se adquiere. La gestión tradicional está perdiendo su atractivo, ya que muchos empleados se muestran reacios a aceptar ascensos que los sitúan entre las exigencias contradictorias de la dirección y los equipos. Esta tendencia refleja una visión anticuada del liderazgo, percibida como autoritaria y punitiva. La formación actual de los directivos suele ser insuficiente, centrada en competencias técnicas en detrimento de las capacidades de liderazgo adaptadas a un entorno complejo. Esto conduce a problemas de gestión que afectan al bienestar de los equipos y a la eficacia de los directivos.

En el corazón de un mundo cambiante, donde las contradicciones entre los valores declarados y los comportamientos observados aumentan, el líder ético emerge como el pilar central de una nueva armonía profesional. A través de sus acciones, conecta las aspiraciones éticas de la empresa con los valores personales de los empleados, creando un ecosistema donde el compromiso y el desempeño surgen naturalmente de esta alineación.

Laurent Romagny

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